Reforma y puesta en valor unidad en Edificio Los Eucaliptos













Planta Original

Planta Encontrada

Planta Proyecto












La adquisición de una unidad en el emblemático Edificio Los Eucaliptos en el límite entre Colegiales y Belgrano, diseñado por Ferrari Hardoy & Kurchan en 1941, implicó una toma de posición clara frente al tiempo, la historia y el diseño. La unidad, profundamente alterada por intervenciones previas a lo largo de más de 80 años, distaba tanto funcional como formalmente del lenguaje moderno y racionalista con el que fue concebida. Mantenerla en ese estado no era una opción, menos aún considerando su nuevo destino: convertirse en mi estudio de arquitectura.
Frente a este escenario, el proyecto se planteó una pregunta clave: ¿restaurar la unidad para devolverle su fisonomía original, o proponer un nuevo episodio en su evolución, respetuoso pero contemporáneo? La respuesta fue esta tercera vía, más híbrida: estudiar la historia para resignificarla en clave actual. A partir de varios planos encontrados y fotografías antiguas y visitas a otras unidades dentro del edificio, se recuperaron materiales y soluciones del diseño original —como el mosaico granítico o los azulejos blancos—, pero reinterpretados a través de un lenguaje liviano y actual.
La cocina, antes compartimentada, se rediseñó como un espacio abierto, con una estantería metálica y un bajo mesada en incienso que amplía visualmente los 34 m² de la unidad. Esta decisión también potencia la ventilación cruzada, uno de los valores fundamentales del proyecto original.
En el baño se conservaron las posiciones de los artefactos y se actualizaron modelos. Los azulejos blancos, ausentes en este espacio pero presentes en la cocina original, se incorporaron como parte del nuevo relato material, unificando detalles y soluciones.
La ambientación completa la operación: mesas de petiribí macizo, sillas de oficina de Herman Miller y dos piezas clásicas de Jannello, la silla W, una lámpara escultórica de Isamu Noguchi, textiles del norte argentino y una estampa Marimekko, construyen una atmósfera que mezcla respeto, oficio y sensibilidad.